domingo, 16 de septiembre de 2012

León del atlas


El león del Atlas o león de Berbería (Panthera leo leo) es una subespecie de león originaria del norte de África que hoy se encuentra extinta en libertad. Se desconoce el número exacto de leones del Atlas que se encuentran en cautividad, incógnita que aumenta cuando se tiene en cuenta que muchos de los ejemplares recluidos en zoológicos y circos no son individuos puros, sino cruces con otras subespecies de leones desde hace varias generaciones.

Descripción
Al león del Atlas se le considera como la tercera subespecie de mayor tamaño conocida de león, justo por detrás del león de las cavernas y el león americano que vivieron durante el Pleistoceno en Eurasia y Norteamérica.
Los machos se caracterizan por su larga y espesa melena negra, que se prolonga por el pecho y los costados de forma similar a su más próximo pariente, el león asiático. El oscuro color de ésta contrasta fuertemente con el pelaje de color arena claro, muy corto, que recubre el resto de su cuerpo. La melena de alrededor de la cara no es oscura, sino rojiza. 
Al contrario que otros leones, el del Atlas es (o era) un depredador de bosque, habituado a cazar en los espesos pinares de las montañas del Atlas. No obstante, el león del Atlas también se adentraba en zonas más llanas y peladas, llegando por el oeste hasta el moderno Sáhara Occidental y por el este estando igualmente presente en los llanos Libia, Egipto y Sudán como en la montañosa Etiopía
El león del Atlas es semejante al resto de leones en su comportamiento, aunque el distinto hábitat y su mayor tamaño le hacían un eficaz cazador en solitario o en pequeños grupos, por lo que cuando vivía en libertad era menos sociable que otras subespecies de leones. Entre sus presas típicas estaban el ciervo común, el gamo persa, el asno salvaje del Norte de África, el arruí, el jabalí y diferentes antílopes. Para hacerse con estos animales los leones del Atlas competían con osos y leopardos, también extintos hoy en día en el África septentrional.
Hacia el final de sus días en libertad, la falta de presas impulsó a los leones del Atlas a depredar sobre animales domésticos, principalmente burros, cabras y dromedarios, lo que aumentó su persecución.
Declive y extinción
Ningún pueblo dio tanta importancia a este animal como los romanos, que los importaron durante siglos para que participasen en sangrientos combates circenses contra otras fieras, o devorasen gladiadores, prisioneros y condenados cristianos. La posesión de leones llegó a convertirse en un símbolo de poder, hasta el punto de que Julio César llegó a tener un cortejo de 600 leones del Atlas, y Pompeyo, uno de 400. Las capturas de los romanos hicieron mella en las poblaciones del Atlas, pero no tuvieron consecuencias tan dramáticas para los leones como la introducción de las armas de fuego en el Norte de África, unido a la mejora de las técnicas de pastoreo, la construcción de carreteras y la desaparición de los alcefalos o búbalos norteafricanos junto con otras presas naturales, fueron obligados a nutrirse exclusivamente de los animales domésticos, a consecuencia de ello, los pastores y las autoridades rurales declararón al león una guerra a muerte. 

Estado de conservación: Extinto en libertad (UICN)

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