Los kiwis (Apterix, gr. "sin alas")
son un género
de aves endémicas de Nueva Zelanda. Son
aves no
voladoras pequeñas, aproximadamente del tamaño de una gallina.
La denominación kiwi es maorí,
idioma del pueblo homónimo de linaje malayopolinesio que colonizó Nueva Zelanda antes de la
llegada de los europeos.
Morfología
Su adaptación a la vida terrestre es extensiva: no tienen quilla en el esternón para anclar los músculos de las alas, y casi ni
alas siquiera: los vestigios son tan pequeños que son invisibles bajo su plumaje o que carece de rémiges y timoneras. Este plumaje es
típico del ave en cuestión. Se diría que, por razones evolutivas y de
adaptación al ecosistema,
los plumones no han llegado a la etapa de verdaderas plumas, adoptando el
característico aspecto de suaves cerdas que tiene el plumaje del kiwi. Mientras
que generalmente los pájaros tienen huesos
ahuecados para ahorrar peso y hacer el vuelo más práctico, el kiwi tiene médula,
al igual que los mamíferos.
Biología
Los kiwis son criaturas tímidas y nocturnas con
un sentido del olfato
muy desarrollado merced a la existencia de verdaderos bigotes en torno al pico,
tales bigotes son eficaces órganos olfativos. Otro rasgo generalmente inusual
en un ave es la presencia de fosas nasales en la punta
de su largo y filoso pico.
Son omnívoros;
para alimentarse incrustan el pico en el suelo en busca de lombrices, insectos y otros invertebrados. También
comen fruta y, si la oportunidad
se presenta, pequeños cangrejos
de río, anfibios y anguilas.
Los machos se encargan de empollar los huevos
(huevos que son los más grandes en relación a las proporciones del animal
adulto), efectuándose la puesta durante diez semanas en nidos subterráneos
semejantes a madrigueras, sin embargo ninguno de los progenitores se dedica a
alimentar a las crías las cuales son nidífugas (apenas tienen
lo suficientemente desarrollado el cuerpo salen del nido para alimentarse por
cuenta propia).
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