El águila imperial ibérica (Aquila
adalberti), es una de
las aves endémica
de la Península
Ibérica. Hasta
no hace mucho se le consideraba una subespecie del águila
imperial (Aquila heliaca),
pero los estudios de ADN
de ambas aves demostraron que
estaban lo suficientemente separadas como para constituir cada una, una especie
válida. El águila imperial ibérica es un ave muy amenazada, y en la actualidad
se estima una población de unas 200 parejas.
Descripción
El tamaño
medio de los adultos es de entre 78 y 83 cm de altura, y 2,8 kg, si bien las hembras, más grandes que los
machos, pueden llegar a los 3,5 kg. La envergadura alar varía entre los 1,8 y
2,1 m.
Viven unos 20 años de media, habiéndose
documentado ejemplares de 27 años en el medio natural y de 41 en cautividad.
Hábitat
Sus mayores densidades se alcanzan en terrenos llanos o con
relieves suaves, con formaciones arbóreas de importancia y con buenas
poblaciones de conejo.
Históricamente la persecución de esta especie
hizo que las parejas supervivientes fueran las que se refugiaron en zonas de
difícil acceso y relieve abrupto, generalmente en zonas de montaña. Su
recuperación ha llevado a que las nuevas parejas, y también algunas antiguas
vayan ocupando espacios de llanura.
Dentro del territorio del águila, de su zona de
campeo, se pueden distinguir tres zonas: la zona de nidificación; la zona de
alimentación cercana, el cazadero más habitual que es defendido por la pareja
para su uso exclusivo; y la zona de alimentación lejana que se usa de manera
más ocasional, su uso es compartido con otras parejas y otras rapaces, y se usa
más fuera de la época de cría.
Comportamiento
Al contrario que el águila imperial oriental
de Eurasia y África oriental, la
especie ibérica no emigra. Cada pareja defiende su zona de caza y reproducción
(unas 2.000 hectáreas)
durante todo el año.
Alimentación
Su alimentación lo constituyen los
conejos,
que cazan en solitario o en pareja. También depreda sobre liebres, palomas, cuervos y otras aves, y en menor medida zorros y pequeños roedores, y pueden
alimentarse ocasionalmente de carroña.
Reproducción
El águila imperial ibérica es monógama. La época de celo
se da de marzo a julio, durante el cual las
águilas reacondicionan uno de los nidos que han usado durante años rotando de
uno a otro. Estos nidos están situados en la copa de árboles como alcornoques o
pinos. En las zonas de
repoblación forestal se han habituado a nidificar sobre eucaliptos. Nidifican tanto en ramas altas como bajas.
La puesta típica consta de 4 a 5 huevos
de 130 gramos de peso que se
incuban durante 43 días. Es común el que se desarrollen hasta tres polluelos,
aunque esta tendencia ha disminuido en los últimos años debido al uso de pesticidas, que aumentan
el número de huevos infértiles. Si el año es malo y hay poca comida, el pollo mayor la acapara y es el único
que sobrevive. Cuando necesitan ir en busca de comida, los padres cubren los huevos o
polluelos con hojas y ramas para evitar que sean descubiertos por los depredadores, algo que a veces no es suficiente, terminando con alguno de los pollos
capturado por un águila real
o, en el caso de los nidos bajos, incluso un zorro u otro carnívoro de tamaño medio.
Los jóvenes abandonan el nido entre 65 y 78
días después de nacer, pero continúan viviendo en las inmediaciones y siendo
alimentados por los padres durante 4 meses.
Estado de conservación: Vulnerable (UICN)
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