El elefante africano de sabana (Loxodonta
africana) es un mamífero
proboscideo de la familia
de los elefántidos. Es el mayor mamífero terrestre que existe en
la actualidad. Se trata de una de las tres últimas especies de proboscídeos que
sobreviven hoy en día, siendo las otras el elefante africano de bosque (Loxodonta cyclotis,
previamente considerado una subespecie
de L. africana, aunque su clasificación taxonómica se mantiene en duda)
y el elefante
asiático (Elephas maximus).
Descripción
Los machos alcanzan normalmente de 6 a 7 metros de longitud y de 3
a 3,5 metros de altura a la cruz, con un peso de 5,4 a 6 toneladas, sin embargo se
tiene noticia de un individuo masculino de 4,2 m de alto y un peso de
12.274 kg, que fue abatido en 1955 en Angola, cuyo cuerpo se
encuentra disecado en el Museo de Historia Natural de Washington.
Cuando se mueven, lo hacen a razón de unos
6 km/h a paso firme, aunque
cuando se asustan o enfadan pueden correr a velocidades superiores a los
40 km/h.
El elefante africano de sabana se caracteriza
por su gran cabeza, amplias orejas que cubren los hombros, trompa larga y
musculosa, presencia de dos "colmillos" en la mandíbula superior,
bien desarrollados en ambos sexos aunque mayores en los machos. En su ambiente
natural viven entre 40 a 50 años pues un elefante adulto no tiene enemigos
naturales, con excepción del hombre, a partir de los 40 sus dientes se
desgastan y le es imposible comer y mueren, en cautiverio pueden vivir más
tiempo por los cuidados y alimentación que reciben, pueden llegar a los
60 años.
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Cuello corto casi inexistente, amplio cuerpo en
forma de barril.
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Patas largas y gruesas y cola no muy larga.
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El animal está aislado del exterior por una
gruesa capa de piel correosa gris-pardo.
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Las patas traseras tienen 3 dedos en forma de
pezuña, mientras que el número de dedos en las delanteras varía entre 4 y 5
según los ejemplares.
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La frente es suave.
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La trompa es el órgano más característico de
este animal: está formada por la fusión y elongación de la nariz.
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La trompa en su extremo está rematada por dos
lóbulos que pueden usarse a modo de "mano" para agarrar objetos, como
por ejemplo comida y agua que el animal se lleva a la boca (algo muy útil
teniendo en cuenta que estos animales no tienen casi cuello). Inclusive pueden
recoger un alfiler del suelo sosteniéndolo entre los lóbulos de la trompa.
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La trompa también se usa para oler
(evidentemente), darse baños de agua y polvo.
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Algunos de los mensajes emitidos según la
posición de la trompa son:
Extremo
sobre la propia boca o tocándose la oreja: sumisión.
Trompa
levantada: estado de alerta, posible peligro.
Trompa
contra el pecho: disposición para atacar de forma inminente.
Además del olfato, el oído y el tacto, los
elefantes reciben también bastante información por medio de vibraciones en el
suelo que recogen por la planta de los pies (estas pueden ser emitidas por
otros elefantes) por ejemplo, hembras ovulando que buscan un compañero en la
época de celo, pero también identifican las primeras vibraciones de los
terremotos o las que provocan los cursos de agua, en ocasiones muy alejados del
animal. - Esto último es de vital importancia en zonas muy secas, como el
"desierto de Namibia", donde los elefantes deben desplazarse a lo
largo de cientos de kilómetros para encontrar lugares donde encontrar agua y
comida.
Alimentación
Los elefantes africanos de sabana son animales herbívoros. Según habiten
en el bosque, en las praderas o los semidesiertos, el porcentaje de hierbas y
hojas de árboles o arbustos de su dieta varía notablemente. Para triturarlos se
valen solamente de 4 molares de gran tamaño (dos en cada mandíbula) de 10 cm de ancho y 3 de largo.
Debido al constante uso, estos molares se desgastan con el paso de los años y
son sustituidos varias veces a lo largo de la vida del animal. Hacia los 15
años, los dientes de leche son reemplazados por otros nuevos que duran hasta
los 30 y luego por otros que se desgastan pasados los cuarenta, siendo
sustituidos por unos últimos dientes que duran hasta aproximadamente los 65
años, 70 como mucho. Poco después el animal muere de inanición al no poder
alimentarse correctamente. En cautividad, se han dado casos de individuos que
han superado los 80 años.
Estos animales son considerados bastante
"derrochadores", pues es normal que ingieran un promedio de 225 kg de materia vegetal que en su mayor
parte no es digerida del todo cuando defecan. Esto, unido a las enormes
distancias que pueden recorrer diariamente en busca de más comida, contribuye
notablemente a la dispersión de muchas semillas de plantas que germinan en
medio de una montaña de excrementos llenas de nutrientes. En sus periplos con
fines alimenticios, los elefantes arrancan todo tipo de plantas del suelo y
derriban árboles con los colmillos, en
caso de no poder llegar a la copa ni irguiéndose sobre las patas traseras. En cuanto al agua, los
elefantes también la ingieren en grandes cantidades, unos 190 litros al día.
Vida social
Los elefantes africanos de sabana son animales
notablemente inteligentes.
Las manadas están formadas por hembras
emparentadas y sus crías de diferentes edades, dirigidas por la hembra de mayor
edad, a la que se da el nombre de matriarca. En ocasiones las acompaña
algún macho adulto, pero éstos suelen abandonar la manada cuando llegan a la
adolescencia y formar bandas con otros animales de su edad, para posteriormente
llevar una vida solitaria, acercándose normalmente a las manadas de hembras
solamente durante la época de celo. No obstante, los elefantes machos tampoco
se alejan en exceso de su familia y la reconocen perfectamente cuando vuelven a
encontrarla.
La matriarca decide el camino a seguir y
muestra a los demás integrantes de la manada todos los acuíferos que conoce y
que el resto memorizará para el futuro. La relación dentro de la manada es muy
estrecha, cuando una hembra pare una cría, el resto se acercan para
"saludarla" tocándole con la trompa; y cuando un individuo viejo
muere, el resto la acompaña en ese difícil tránsito y se queda junto al cadáver
durante un tiempo.
Tras 22 meses de gestación (la más larga en los
mamíferos), la hembra pare una sola cría de 90 cm de altura y un peso de 100 kg, que mama leche a veces hasta los 5
años de edad, aunque ya come alimento sólido desde los 6 meses. A los pocos
días ya puede seguir a la manada y entonces la matriarca ordena que se reanude
la marcha.
Depredadores
Se ha perseguido al elefante africano desde la
antigüedad, tanto por su carne como (más frecuentemente) por sus valiosos
colmillos. Esta caza se disparó en los siglos XIX y XX, cuando se le unió la
caza por deporte, cada vez más demandada por las élites norteamericanas y
europeas, y la conversión de grandes extensiones de selva y sabana en plantaciones. La protección de que goza actualmente este animal ha surtido efecto
y eso ha podido evitarse, pero a pesar de que los gobiernos africanos imponen
cada vez penas más duras contra el furtivismo, la caza furtiva sigue
produciéndose hoy en día. Los cazadores que matan a estos animales tienen que
pagar una multa de 10.000 € y se les retira la licencia de caza.
Estado de conservación: Vulnerable (UICN)