La Ardilla Roja ( Sciurus vulgaris), este roedor se
encuentra repartido por todo el mundo y se cuentan hasta 352 especies
diferentes. En España existen sólo dos especies, la ardilla roja y la moruna. En primera se puede ver con frecuencia en bosques e incluso parques y podemos
observar la rapidez de sus movimientos y la destreza con la que se desenvuelve
en los árboles. Esta facilidad le viene dada por su anatomía y sus hábiles
extremidades, pudiendo utilizar las patas delanteras como manos. Es capaz de
realizar un salto de hasta cinco metros de distancia entre rama y rama de
árboles.
Su pelaje de color rojizo
le da nombre a su especie y varía en función de la estación del año. En
invierno, se cubre de un largo y abundante pelo que perderá previamente a los
meses de calor. Su característica y voluminosa cola le ofrece equilibrio en sus
acrobacias sobre las ramas de los árboles. Su alimentación básica son los
frutos secos y las semillas, pero también complementan su dieta con huevos o
setas. Presenta gran maestría en sus manos para conseguir los piñones, además
de contar con un sentido de la vista muy bien desarrollado.
Su hábitat debe estar
próximo a arroyos y en bosques de cualquier tipo. Las ardillas no hibernan,
pero sí que reducen su actividad tanto en épocas de frío como de calor,
refugiándose en sus nidos. Desarrollan su vida preferentemente en las horas
crepusculares. Las hembras suelen tener de 2 a 4 crías dos veces al año y
curiosamente, construyen más de un nido, uno para las crías y otros para
refugiarse o almacenar alimentos que puedan necesitar en tiempos de escasez.
Estado de conservación: Precaución menor (UICN)